El amor incondicional

Karla Tonantzin Cárdenas Varela

Categoría: Vertical

Mi perrita se llamaba Amy, cuando tenía 8 años iba en el carro con mi familia a visitar a mis primos, en el camino vimos a un perrito sucio en la calle, mi mamá le dio mucha tristeza porque estaba lloviendo, yo desde hace mucho tiempo les pedí a mis papás un perrito, entonces mi mamá me dijo "hoy tendrás un perrito y será muy especial porque necesita mucho amor" mi mamá corrió por Amy y la subió al carro, con una chamarra la tapamos porque temblaba de frío, vimos que era un cachorrito que habían dejado a su suerte, en el camino yo la tenía abrazada y ahí supe que sería mi mejor compañía, esa noche la bañamos y la dejamos limpia, mi papá me dijo que tenía que educarla y que no debía dejarla que se subiera a los sillones y la cama, pero yo hice caso omiso, después de bañarla y secarla me fui a dormir a mi cama con ella, al día siguiente la llevamos al veterinario a vacunar, sentí muy feo porque lloró de dolor, pero sabía que era por su bien, la desparacitaron y nos dijeron que si no la hubiéramos llevado a tiempo habría tenido complicaciones en el estomago y posiblemente la muerte, a lo que agradecí llevarla a revisar para que siguiera con nosotros mucho tiempo, fui muy feliz y tanto como Amy me cambió la vida yo le pude mejorar la suya. Gracias a ella aprendí a tener paciencia, a tener una compañía que me protegería siempre.. Me cuidó, estuvo ahí siempre dando su amor incondicional, este año en enero se fue de mi lado y por eso decidí pintar este cuadro para recordarla siempre, pero yo sé que en donde quiera que esté me cuida y ve por mi.

Ilustración del mural:

Ilustracion Mural